martes, marzo 06, 2012

Serapio no se olvida.-


SERAPIO no se olvida.-
Los Olivos, Cuba, 6 mar 
 Pasan los dias y ningun espirituano se olvida de tu pasacalle, ni de tu andar sincero por estas tierras que te vieron vivir y morir. "A ti amigo fiel mis recuerdos, decía un trovador espirituano al lado de su tumba el dia que se nos fue. 
 Hombre alto, enjuto y de piel oscura, cuyo rasgo predominante era la sencillez y educación innatas, autor de un famoso pasacalle que ha trascendido lo local para darse a conocer más allá de las fronteras.     
   no hay domingo de parranda habitual donde varias generaciones de espirituanos tararean tu ya mundialmente conocido pasacelle “Si tú pasas por mi casa, y si ves a mi mujer, tú le dices que hoy no me espere, que yo con Pueblo Nuevo me voy a echar un pie”.
Tal vez los nuevos, los que todavia no peinamos canas sabemso parte de la historia de tus canciones y la cantamos como el mejor de los musicos de la epoca.-
Pues sí su autor el ya desaparecido Gerardo Echemendía Madrigal. está aqui en Sancti Spíritus, recordado por todos y enamorados de su lealtad a la musica tradicional.
En entrevista realizada por una colega cuando recien cumplia sus 84 le rememoraba algunos temas virtualmente desconocidos por los mas jovenes.-
Creeme que era así Serapio. un hombre recordado todos los dias, epro el domingo ni contar. sino visite la villa de Sancti Spiritus, que hasta en uno de los mas jovenes barrios de la ciudad Los Olivos, se encanta y de que manera las canciones del inolvidable Serapio.-   
 "Era así como se llamaba mi padre, explica este espirituano de pura cepa que nació el 21 de mayo de 1925, según sus propias palabras.
   Yo soy músico de oído, resalta sin ambages ni tapujos, con la sencillez de los grandes.
   Acerca de este pasacalle –género musical movido- apunta que surgió en la fonda La Gran China, en 1957, cuando bebía con un grupo de amigos y a uno de éstos le dijeron “Oye te está buscando tu mujer”. Inspirado en este suceso nace Si tú pasas por mi casa.
   Tengo muchos pasacalles, agrega, entre ellos Los Marqueses, Salió un lucero, Vamos mulata a gozar, Baila muchacha y Buenas noches amigo mío.
   De hablar pausado y bajo, interrumpido a veces para retroceder en el tiempo, afirma que él crea la letra y la música y después manda a hacer la partitura.
   Luego rememora que también tiene un pasacalle-rumba titulado Lluvia de oro y otra melodía para clave, denominada Escúchame.
   Yo sigo inspirándome, dice, mientras a una pregunta de cuál es el momento más idóneo para crear responde: “Eso viene (la musa) y añade que tiene otras canciones como Oh, Teresa y Mi novia idolatrada.
   No obstante, reconoce que la inspiración le llega casi siempre por el día y voy trabajando el tema hasta que le pongo la música por la noche.
   Su padre era músico, tocaba guitarra y era voz segunda. Asegura que su progenitor cantó con Rafael Gómez (Teofilito) –autor de la reconocida canción Pensamiento- y otros famosos compositores de la época residentes en esta ciudad al centro de la Isla.    
   Indago sobre su temperamento que él mismo califica de serio y de poco hablar.
   Toda mi vida he sido una persona apacible, subraya.
   Nunca se casó y tampoco tiene hijos, pero jamás se ha sentido solo porque la Revolución –nacida el primero de enero de 1959- se lo ha dado todo desde la casita donde vive, hasta el refrigerador y el televisor, así como un sitio donde almorzar y comer dignamente.
   Acerca de la escultura en cemento blanco o marmolina que se alza en el bulevar de esta ciudad –a 350 kilómetros al este de la capital- donde destaca su figura con dos maracas en las manos expresa que “Yo mismo estoy asombrado. Estoy muy contento y la gente me dice por la calle que es mi vivo retrato”.
   Refiere que toca las maracas en el Coro de Clave –único de su género en Cuba-.
   El día que yo me muera quiero que el pueblo me recuerde siempre y sepa cómo fui yo. 
   Asegura estar conforme con lo que es porque “La música es la que me ha dado a mí realce y con el pasacalle Si tú pasas por mi casa es con el que me siento más identificado, el que más famoso me hizo, es como un himno”...
   De su vida tranquila, en una ciudad con casi 500 años, afirma que dejó de fumar hace más de dos décadas y tampoco bebe, aunque de tiempo en tiempo en algún carnaval –festividad que se celebra una vez al año- me puedo dar mi traguito.
   No come mucho ni poco, todo es según la ocasión o el apetito y suele caminar bastante por esta ciudad que se reverencia ante la inusual escultura de un personaje vivo, obra del destacado pintor y escultor espirituano Félix Madrigal.
   Habla de su época de niño con aquellos malos recuerdos que lo obligaron a dejar la escuela, heridas que tal vez nunca sanan, pero de inmediato precisa que se ha superado con la Revolución, de la cual está muy agradecido. Yo no tenía nada antes de ella...
  Serapio -nombre con el que niños y adultos lo conocen- concluye seguro de lo que dice: “Todo me lo dio la Revolución, porque yo fui siempre un muerto de hambre”.
   Se va con su paso lento, pero firme; su cuerpo enjuto cobra dimensión y deja detrás el ritmo contagioso de su inmortal pasacalle Si tú pasas por mi casa.Un canto a la vida de los espirituanos.conluye la entrevista.-
Y enseguida alguien el pone la musa y me dice:
No hay un domingo en la villa
que se llene el boulevar
no hay un domingo en la villa
que lo veamos pasar
a mujeres comentar
a hombres con sus traguitos
recordar con sus pasitos su pasacalle mundial.-“Si tú pasas por mi casa, y si ves a mi mujer, tú le dices que hoy no me espere, que yo con Pueblo Nuevo me voy a echar un pie”.

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