miércoles, marzo 14, 2012

Antonio Guerrero: “Si me dejaran escoger fuera maestro”

Escrito por: Arelys García Acosta
Se puede hacer el bien desde cualquier parte, en cualquier rincón oscuro y hosco. Antonio Guerrero, uno de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos, lo ha demostrado. Durante ocho años se desempeñó como maestro en el centro penitenciario de máxima seguridad de Florence, Colorado, Estados Unidos.

Allí, entre rejas destinadas a reos con reputación de alta peligrosidad, Tony ayudó a no pocos de sus compañeros a obtener títulos de bachiller. Allí, donde no parecía haber resquicio para el mejoramiento humano, en “la tumba en vida” como algunos han calificado esa prisión, hizo de su tiempo un tiempo útil. Mirta Rodríguez, su madre, supo como nadie cuánto creció la espiritualidad de su hijo frente a los pizarrones.

“Él bien pudo haber estado -refiere Mirta- en la lavandería o en otra actividad que le diera margen para dedicarse más a la pintura, a la poesía; sin embargo, por la mañana daba clases de Inglés y Matemática para los latinos que quisieran superarse y en las noches impartía Español a los anglosajones que deseaban aprender este idioma.

“Muchas veces me explicó la importancia que tenía para estos hombres, algunos con largas condenas, hacerse bachilleres. Podían aspirar a mejores puestos de trabajo dentro de la cárcel y ayudar más a la familia”, añadió la madre a Escambray .

“A veces bromeaba con él y le decía: bueno, yo tengo una preocupación. Por fin, ¿qué tú eres: ingeniero civil, pintor, poeta o maestro? Y él me respondía. Si tú supieras, mami, si me dejaran escoger, fuera maestro”.

Un hombre que ha sido calificado por la justicia norteamericana como un connotado delincuente, un terrorista que representa una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos es capaz de dar esta respuesta.

Con certeza, Antonio no es un preso común, es un pedagogo cuyas cualidades fueron reconocidas por funcionarios del centro penitenciario de máxima seguridad de Florence. En una carta, fechada en marzo de 2003, John Bellantoni, supervisor del Departamento de Educación de esa prisión, expresa:

“El prisionero Antonio Guerrero ha realizado, y continúa haciéndolo, un trabajo notorio como tutor de sus compañeros de prisión de habla hispana. (…). Posee excelentes cualidades como profesor. Se ha mostrado respetuoso con el personal y el resto de los compañeros presos. Es una persona muy inteligente y ha sabido usar sus habilidades de manera muy positiva”.

Y la conducta ejemplar de Tony a través de más de una década de cautiverio, recogida en el memorando presentado al proceso de resentencia que tuvo su vista el 13 de octubre de 2009  en la Corte del Distrito Sur de la Florida, pesó en la reducción de su condena de cadena perpetua más 10 años de prisión a 21 años y 10 meses.

Cuentan que ese día, en el  impresionante discurso donde Leonard Weinglass habló de su defendido, no faltó la alusión al empleo infatigable del talento de Tony para rehabilitar a otros reclusos y superarse a sí mismo en esa penitenciaría, donde el 30 por ciento del tiempo lo había pasado en lock down . Sépase, además, que esa prisión está considerada por el Guinness World Records como la más segura del mundo.

“Creo en el mejoramiento humano y pensando en eso actúo cada día – dijo el luchador antiterrorista en entrevista publicada en Bohemia en septiembre de 2008-. Me entrego al bien. Por eso, de estos años en prisión llevaré conmigo todos los aprendizajes, fruto de mi entrega a causas nobles y justas”.

Ahora Antonio Guerrero permanece recluido en la sección de seguridad media. Y, sin dudas, sus antiguos alumnos lo recuerdan  porque en aquellas horas de enseñanzas fueron más libres y estuvieron más a salvo de la soledad y el olvido.
Escrito por: Arelys García Acosta

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