miércoles, marzo 07, 2012

Felicia, una dedicación tan dulce como el azúca

Los Olivos, Cuba, 7 marz Ella lo vio nacer, estuvo allí desde que se erguía. Cada mañana desde el 16 de septiembre de 1979 enrumba su andar hacia allá.
   ¿Qué importan la lejanía, el polvo, el ruido u otros contratiempos?, si con casi 20 años de edad, Felicia Expósito Ledesma tuvo la fortuna de inaugurar uno de los primeros centrales azucareros hechos por la Revolución Cubana, el 30 de noviembre, de San Cristóbal, en Artemisa.
   Al conversar con ella hasta parece que el azúcar producido allí lleva también algo de su dulzura. En el área de purificación labora junto a otra mujer y seis hombres. Verifica cómo va el proceso. Sabe que no hay cabida para las partículas o materias extrañas que traiga el jugo de la caña, "este debe lograr ser claro y brillante", asegura.
   Desde niña le inquietaba saber cómo de esa esbelta y ondulante planta salían granos de azúcar, y apostó por aprenderlo en el politécnico Pedro María Rodríguez, en Villa Clara.
   Está orgullosa de ser técnico medio en Tecnología Azucarera, y tras 32 años de trabajo, siente que la zafra y el central son su vida.
   Felicia sabe de madrugadas, tardes y noches dedicadas por entero al coloso sancristobalense. Interrupciones, roturas, sacrificios, sabiduría, y entrega para que sea más dulce la cotidianidad y no sentir tan amargo el café.
   Entre tanto trabajo, sus hijos Reinier y Nedelsis Carrazco han crecido en el apresurado ajetreo de la zafra. Por ello esta última es operadora de condensado en el propio central, otra mujer que en el occidente artemiseño se empeña en endulzar así su vida y la de los demás. (Por Yudaisis Moreno Benítez, AIN)

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