Los ladrones asechan a Sancti Spíritus. Lo hacen arropados en los
más disímiles ardides y en los más controvertidos modos
operandis.
Aunque no todos, la mayoría me atrevo a decir, resultan ser
procesados por la justicia, no es desestimable el número que
recogen las estadísticas.
Detengámonos solo en el robo con fuerza, uno de los delitos de mayor
peso en el panorama delictivo del territorio durante el 2012, según
arrojó un reciente análisis sobre
el tema.
La incidencia enrola tanto a entidades estatales
como a fincas particulares o viviendas. También a funcionarios,
trabajadores y personas comunes. Mas de un hecho
connotado sugiere las más disimiles lecturas.
Por su implicación resulta recurrente el robo en 25 tiendas de
comercio, más de la mitad de ellas en el municipio cabecera.
Sugiere casi un estado de anarquía escuchar que en una comunidad como
Banao de detecten más de 130 robos con fuerza y hurto que incluyen a
fincas campesinas, viviendas y nada mas y nada menos que
a 19 establecimientos estatales, como si el relajo se cosechara
allí con la misma facilidad que la
cebolla.
Preocupante resulta la implicación de agentes de seguridad y
protección en buena parte de los robos, no solo por la
degradación que implica, sino también porque buena parte de
las entidades destinan miles de pesos al pago de ese personal .Para ilustrar
algunos ejemplos.
Fue público en el 2012 la concentración de hechos de robo con
fuerza en el Hospital provincial CAMILO Cienfuegos, incluidos computadoras y
aires acondicionados, que por tamaño se
deduce que salieron por las puertas y no justamente en bolsos y jabas de
pacientes y acompañantes.
En
la unidad Los Españoles, del complejo Sur del jíbaro, fue capturado in fraganti un ciudadano con 215
quintales de arroz en cáscara en un tractor de una cooperativa con la
participación de al menos ocho implicados, incluidos agentes de
seguridad . Esa propia entidad sierpense reporta varios desvios del cereal
que enrola a turnos completos como en la UNIDAD Los TAMARINDOS donde 13
trabajadores están pendientes a juicio
por el robo de 160 quintales de arroz que importaban mas de 20 mil pesos ,
capaces de comprar, incluso el silencio y la complicidad como si el control
y la vigilancia hubiesen tomado vacaciones.
Otro hecho insinúa similar panorama. La
ocupación de unas siete mil libras de camarón provenientes de
Tunas de Zaza, la captura de un custodio de la ECOA 50 de Trinidad cuando
intentaba sustraer el acero o los sacos de cemento encontrados en un
cañaveral cercano a la fabrica de Siguaney.
En otros sitios, como en la Feria Agropecuaria,
nadie ve, ni oye nada. Allí de su casa de visita fueron
sustraídos dos aires acondicionados y robados más de NOVENTA
MIL pesos de la oficina de la EMAPA en un día en que, casualmente, la
alarma no estaba activada.
Otros robos son más frecuentes en
renglones tan vulnerables como los productos lácteos, cárnicos
y el pan. También las bebidas en círculos sociales o los
productos químicos y fertilizante de los almacenes de la agricultura.
Más allá de las cifras, estos no son hechos aislados. Muchas
veces el esclarecimiento se enturbia por la demora en la denuncia, la falta
de evidencias, el contubernio, la complicidad.
No
todos los ladrones son procesados por los tribunales donde se recogen 51
sancionados, 45 de ellos con privación de libertad.
Resulta risible escuchar entre las acciones para mitigar ese flagelo, la
capacitación como si a esta altura todo el mundo no supiera que robar
esta prohibido. Es poco serio oir en una rama como la agricultura, un acta
de advertencia como única sanción cuando solo en
químicos la sustracción rebasó los 300 mil pesos.
Podrá el código penal aumentar su rigor. De poco
servirá si este no se aplica y que muchos de los ladrones o sus
cómplices salen expulsados de un lugar y al poco tiempo, como premio,
son ubicados en otros, en muchos casos para administrar recursos.
Ni siquiera las carencias económicas que
nos azotan justifican el robo, que mantiene activo un nada despreciable
mercado ilegal en la población.
Es un hecho que los ladrones no se
cansan y retozan entre la poca sistematicidad , el descontrol, las grietas
de la vigilancia y la debilidad de las sanciones, entre otras causas.
Sancti Spiritus ha de abrir más los ojos ante el asecho y el ataque
de los ladrones.
Un artîculo como este refleja una nueva direcciôn del periodismo cubano.Reconocer las debilidades humanas y las grietas sociales es màs que todo una acciòn encomiable.Y esto es asî porque como dijo el poeta "no vivimos en una sociedad perfecta"
ResponderEliminarêsrew sin duba es una certera estoccada de espeda contra el silencio informativo, que nos ha hecho ver ângeles en ves de demonios y pîrricas victorios en vez de evidentes waterloes,,
La ùnica manera posible de ganar la batalla contra lo mal hecho es la acciòn preventiva en primer lugar y la lucha informativa en segundo lugar o quien sabe si en primero.
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