domingo, febrero 17, 2013

LOS PERIODISTAS NO MIENTEN, PERO NO DICEN TODA LA VERDAD.

A quemarropa, vía telefónica, llegó la sentencia. Los periodistas no mientan pero no dicen toda la verdad.
 
Llegado de la voz de un cubano cualquiera, puede ser esta  una acusación directa o un reto profesional.
 
Desde mi perspectiva la asimilo de las dos maneras, mucho más ahora que nos preparamos para el Noveno Congreso de la UPEC, que por cierto, desde la complicidad de un lema, Con la pasion de la verdad, anuncia que andaremos otra vez sobre cuerdas flojas.
 
Sucede que desde fuera y en el vórtice de una sociedad crítica todos visten la toga acusatoria y culpan a la prensa de todos los probelams humanos y divinos.
 
Desde el que se siente compulsado a comparecer para decir las verdades y las esconde bajo mil mantos hasta el que espera recibirla sin ropajes y se decepciona cuando no la encuentra, o la halla a medias y enrevesada en justificaciones.
 
O desde el que fomenta falsas expectativas a expensas de los espacios que le proporcionan los medios hasta quienes nos culpan, algunas veces con razón de ser meros siervos de intereses y cómplices del engaño cuando envolvemos el mensaje en triunfalismos, vanalidades.
 
 Lo que no todos dominan son los vericuetos a recorrer para encontrar la verdad tal cual es en una sociedad que muchas veces peca de doble moral.
 
Si no fuera así no pagarñiamos las consecuencias. Mientras las llamadas fuentes aplaudieron el llamado de Raúl a derribar los muros del secretismo, a la vuelta de los meses todo sigue sin nmuchos cambios y no peco de absoluta si le digo que después de dictados los cambios, el secretismo ha echado mas raíces.
 
De otra manera no se entendería cómo desde un ministerio se dicta el que publicar y el qué no y hasta las maneras en que este debe presentarse para eludir los problemas. 
 
De otra manera no entenderiamos que los  decisores de la Comison Nacional de béisbol adviertan a viva voz las nuevas reglas para el tratamiento con la prensa la cual, según su precepto, dirá solo aquello que esta institución  dictamine
Queda de esta parte hacer cumplir el dictado inherente a esta profesión. Decir la verdad con toda la pasión y responsabilidad que ella exige.
 
Solo que no resulta facil.   Desde el humor de los personajes de Panfilo o Mentepollo, la verdad no asusta. Da risa aunque espante. Desde la ambigüedad que presupone el discurso artístico, la verdad se tambalea y tiene anclaje en la llevada y traída doble lectura o la interpretación subjetiva 
 
Mas desde la voz, la imagen y la letra del periodismo, la verdad anda siempre sobre el filo de una navaja cortante o sobre una viga de equilibrio. 
 
Toca al periodista develarla en sus riesgos y peligros, bajo el visor del compromiso y no del comprometimiento.
 
Por esos senderos, llegaremos a nuestro Congreso con la pasión de la verdad y talvez ya no suene acusatoria la sentencia del otro lado del teléfono.

No hay comentarios:

Publicar un comentario