Tomado Radio Sancti Spiritus
Revolución y sus hijos más dignos, con las barbas hasta el pecho,
bajan de la Sierra Maestra con olor a monte y los fusiles en la mano,
por si acaso. Revolución y sus hijos rebeldes llegan a pueblos y
ciudades para sembrar luz. Revolución y aquella Caravana de la Libertad
atraviesa, como río naciente, esta isla, harta de esbirros batistianos
que segaron la vida de miles de cubanos.
Primero de Enero de 1959 y los rumbos de América trastocaron su
andar. Tanta historia, tanta certeza libertaria no podían quedarse
enclaustradas en la geografía de un archipiélago que navega persistente a
la entrada del Golfo de México.
Primero de Enero de 1959 y desde Santiago de Cuba, desde el parque
Céspedes, el hombre que se irguió al mundo bajo los cedros olorosos de
Birán, Oriente, anuncia días inéditos para Cuba, llenos de no pocos
tropiezos.
Los grados de olivo y laurel sobre los hombros aún comandan la
Patria; siempre fue así desde que la Generación del Centenario asaltó el
Cuartel Moncada, donde todavía laten los tiros en sus altas y amarillas
paredes.
Ninguna de esas memorias debe sepultarse; quienes intentan hacerlo se
quedan sin pies en su caminar por la isla. Ninguna de esas memorias
debe sepultarse; de ocurrir, sería olvidar que este minuto, esta hora se
levanta porque hubo un ayer, que es hoy; sería olvidar quienes
descansan tras los mármoles, prestos a enjaezar su caballo mambí,
machete a la cintura.
El 2013 comienza a empinarse. Cincuenta y cuatro años nos separan y,
por qué no, nos acercan a aquel enero. El 2013 comienza a tomar altura
en el tiempo y vale mirar los últimos 12 meses.
Teniendo como brújula los Lineamientos de la Política Económica y
Social, aprobados en el VI Congreso del Partido, en el 2012 Sancti
Spíritus se subió la manga al codo: la provincia se convirtió por quinto
año consecutivo en la primera del país en cumplir su plan de
fabricación de azúcar, con favorables indicadores de eficiencia.
El territorio alcanzó la más alta producción de arroz de los últimos
veinte años, y se confirmó en la vanguardia del país en la Agricultura
Urbana y Suburbana.
Sin desconocer las inmensas potencialidades productivas existentes,
sin desconocer las lógicas insatisfacciones que aún nos asisten en este u
otro sector, resulta gratificante saber que Sancti Spíritus finalizó el
año con la tasa de mortalidad infantil más baja de Cuba y la mejor en
la historia de la provincia.
Este empeño a favor de la vida sintetiza una obra mayor, esculpida
por aquellos que bajaron de la Sierra rebelde, con las barbas hasta el
pecho, para anunciar estos tiempos, siempre nuevos.
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